lunes, 8 de septiembre de 2008

Referencia Gustave Courbet: Algunos comentarios.

¿Es posible pensar al cuerpo como una metáfora de nuestra sociedad? Asimilar la reflexión de Fritz Lang en Metropolis sobre la mediación entre el cerebro y las manos en una sociedad moderna equilibrada a través del corazón. ¿Qué implicaciones tiene el retomar la figura de Courbet para realizar fotografía? ¿Quién fue? Jürgen G. Backhaus dice que:

Gustave Courbet (1819-1877) fue un pintor francés autodidácta quien, ante el rechazo de sus aportaciones a la Exposición Universal en Paris de 1855, organizó su propio pabellón titulado “Le Réalisme” y a partir de ahí funda la tradición realista en la pintura del siglo XIX, misma que tuvo muchos seguidores, particularmente en Alemanía. Él combina esta aproximación con un mensaje político, siguiendo los pasos de Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), un socialista temprano quien quizá sea mejor recordado por su frase “La propiedad es un robo”. Courbet dejó una vasta obra, una de sus piezas consideradas más controversiales, que largo tiempo se creyó había sido destruída o pérdida, ha sido quizá la que han tenido un fuerte impacto en la sociedad moderna y éxito al insertar ideas socialistas en la textura de la sociedad moderna. (Backhaus, 2007).

Gustave Courbet (1819-1877) was a largely self-taught French painter who, after his contribution to the World Exposition in Paris in 1855 had been rejected, organised his own pavilion “Le Réalisme” and thereby founded the realistic tradition of nineteenth century painting which had many followers, in particular in Germany. He combined this approach, however, with a political message in the footsteps of Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), the early socialist who is perhaps best known for the dictum “Property is theft.” Courbet left a very large oeuvre, yet one of the most controversial pieces, long thought lost or destroyed, has, perhaps, been also the one that has had its strongest effect on modern society and thereby succeeded in weaving early socialist ideas into the texture of modern society. (Backhaus, 2007).


Muchas veces se ha asociado a la fotografía con la representación de la realidad, como evidencia algo que acontece o existe en algún momento, algo verdadero. Esta función básica de la máquina que registra el entorno es muy apreciada por quienes valoran la técnica sobre el discurso. La fidelidad, la claridad, la precisión. Sin embargo, mi acercamiento a la obra de Courbet se relaciona más con la crítica hacia una sociedad industrializada y masificada que con su realismo. De este modo aparece la posibilidad de abordar la referencia como una forma de hipertextualidad fugaz y plantear una serie de cuestionamientos multinivel. Por ejemplo, el llamado de Courbet a la honestidad del artista y su compromiso.

¿De qué modo, el mostrar al cuerpo desnudo es un ejercicio de honestidad para sacudir la consciencia de quienes le observan? Decir que no hay nada sagrado, que todo puede ser un objeto para generar una narrativa y denunciar la hipocresía de las convenciones culturales sobre lo estético y así, desenmascarar al patriarca (o matriarca) manipulador(a) de nuestro subconsciente colectivo.

El control del cuerpo, es decir, la imposición de la mente sobre la materia es lo que alimenta el discurso de eventos deportivos como las olimpiadas, cuyas implicaciones políticas y sociales son más que evidentes. El sistema hegemónico determina el ideal, y excluye aquello que considera ajeno o contrario a este. La validación de otras formas de hacer es lo que se conoce como la reivindicación, que desde hace algunos años configura el paisaje amorfo de las imágenes. Las nuevas tecnologías se presentan como un sitio ideal para que la reivindicación suceda, así como la hibridación, es decir la mezcla y recontextualización de los significados. La escuela de Frankfurt puede argumentar que se trata de la capacidad de la industria cultural para absorber todo aquello que le parece comercializable, sin importar que tan adverso parezca.

La mecánica de producir estas fotografías, el proceso intelectual y creativo del que se desprenden, ha sido determinado por una serie de preocupaciones personales y profesionales de las cuales me gustaría aprovechar este momento para compartir brevemente. Las intrincadas redes de eventos y casualidades que me empujaron hasta aquí.

En primer lugar, me interesó la rebeldía de Courbet, esta abierta oposición a lo que sus contemporáneos considaban arte y su actitud irreverente ante los salones sacralizadores de la época (Kimmelman, 1988). Si bien, fue uno de los primeros pintores en realizar obras pictóricas a partír de la fotografía, mi propuesta se dirige en sentido inverso. Mauris (1979) concluye que su energía e intensidad del tratamiento pueden ser señaladas como valientes, así como el compromiso con sus ideales y su abierta crítica a la burguesía, que incluso le costó el exilio. Su preferencia por lo bizarro lo podían poner en la mira de la censura, pero esto se justifica dadas las tendencias naturalistas de su obra.

En segundo, la posibilidad del perfomance. Alejar a la fotografía de su función básica de registro y de la solemnidad para llevarla a otro nivel. Abandonar el compromiso con lo real y lo espontáneo para auxiliarse de la puesta en escena y explorar posibilidades diferentes. La relación cuerpo-performance-fotografía tiene una larga tradición que algunos aún parecen todavía no aceptar. La acción como obra de arte, es decir, el basarse en instrucciones más o menos precisas para desmaterializar al objeto despierta varias reflexiones. ¿Hasta dónde el capitalismo regula al cuerpo y lo encajona en los canones que el consumo impone de manera salvaje? Gadgets, tecnología, posesiones, acumulación de cosas inútiles y al final, el vacío persistente (Barthes, 1966). ¿De que forma el ritual de apropiación de las imágenes representa este absurdo?

Por último, el rechazo a la inercia, negarse a aceptar la tradición pasivamente a cambio de reconocimiento y aprobación social. Yo creo, que en lo que hacemos, debemos tener siempre presente la búsqueda y la inconformidad, la curiosidad por arriesgarse en nuevos territorios. Vencer el temor a ejercer la libertad de expresión y criticar aquello que no nos parece correcto.


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Referencias bibliográficas

Backhaus, J.G. (2007). Gustave Courbet’s L’Origine du Monde and Its Socioeconomic Implications. European Heritage in Economics and the Social Sciences Vol. 5. Political Economy, Linguistics and Culture Crossing Bridges.

Barthes, R. (1966). Semántica del objeto. Conferencia pronunciada en septiembre de 1964, en la Fundación Cini, en Venecia, dentro del marco de un coloquio acerca de "El arte y la cultura en la civilización contemporánea" Publicado en el volumen Arte e Cultura nella civilita contemporánea, preparado por Piero Nardi. Sansoni, Florencia, 1966

Kimmelman, M. (1988). Critic's Notebook; Ever-Provocative Courbet Examined Anew. New York Times. Diciembre 29 de 1988.

Mauris, M. (1873). A materialistic artist, reminiscenses of Gustave Courbet. New York Times. Noviembre 9 de 1879.

1 comentario:

gerardo otoniel dijo...

que onda juanjo
acabo de abrir mi blog. te agregue
pa que lo cheques
estamos hablando